agosto 09, 2019

Según expertos, los estudiantes peruanos, venezolanos y, en especial, haitianos, han experimentado dificultades para adaptarse a la cocina chilena. Rechazan muchos de los platos que se les dan en los colegios y hasta botan la comida a la basura, ¡es preocupante! Para el Mineduc, es un problema que se debe solucionar porque los alumnos extranjeros representan el 3,2% del total de matrículas en el país.

Por: Lorna Sáenz G.

Es viernes, hace frío y Santiago amanece nublado. Son las 8.00 am y Bárbara González enciende, como todos los días, el motor de su Citroën C2 azul. Se prepara para ir a recoger un pedido a las bodegas de Delibest, la empresa uruguaya donde trabaja. Es chef metropolitana y en los últimos meses ha estado con mucho trabajo. El menú inclusivo que ayudó a desarrollar en el Departamento Gastronómico debe ser testeado por estudiantes migrantes y, hasta el momento, ¡lleva más de cien haitianos entrevistados! Ha obtenido buenos resultados de aceptabilidad. Su misión del día de hoy es realizar la validación de una minuta en un colegio de Pedro Aguirre Cerda.

Delibest presta sus servicios de alimentación escolar a Junaeb. Actualmente posee la concesión de 2.296 colegios. El 95% de los establecimientos que son beneficiarios del Programa de Alimentación Estatal (PAE).

—Todas las semanas, junto a dos cocineros más, visitamos colegios para realizar evaluaciones gastronómicas y cerciorarnos de que las manipuladoras realicen correctamente las minutas asignadas anualmente por Junaeb —cuenta Bárbara, mientras recibe una caja con los ingredientes para cocinar una cazuela de ave. —Hemos notado que los haitianos devuelven la comida porque no la conocen. Hay niños que nunca habían tomado un vaso de leche en el desayuno.

En el segundo piso de la bodega se encuentra sentada en su escritorio, María Mercedes Sellanes, chef corporativa de Delibest. —Para nosotros es muy importante la responsabilidad social que tiene nuestro programa. Por eso estamos desarrollando distintos menús para incluir una vez al mes en los establecimientos que dispongan de estudiantes extranjeros en sus aulas— explica.

El Plan Inclusivo lo componen tres platos típicos de Haití, Venezuela y Perú. El primero: pollo atomatado con frijoles (porotos negros). El segundo: pabellón criollo (arroz, carne mechada, frijoles y plátano frito). Y el tercero: ají de gallina.

En la entrada del colegio Padre Alberto Hurtado, figura Bárbara saludando al gestor de cultura escolar, Víctor Cerda. —Estos meses hemos estado trabajando con nuestros estudiantes haitianos para lograr que se interesen en la gastronomía chilena. El problema es que visualmente no les agradan las preparaciones y eso hace difícil el proceso —dice mientras ingresa con la chef a la cocina del recinto.

Las hermanas haitianas, Beduina Coq y Keshna Coq, entran al casino para retirar su colación. —El único plato que nos gusta de aquí es el arroz con salsa de carne o pollo —comentan riendo después de recibir, a manos de Víctor, una barrita de cereal con una leche de frutilla a la que se lograron acostumbrar.

—El menú ha sido testeado en más de 1400 alumnos extranjeros. Los resultados han sido positivos. Eso es muy importante porque si los niveles de aceptabilidad son bajos, Junaeb cancela el proyecto —dice Bárbara, mientras termina de cocinar la cazuela. —Ahora sólo queda esperar las reacciones del resto de los niños que entrevistemos. ¡Estamos ansiosos!

 


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