septiembre 14, 2020

Buscando vivir en armonía con los ecosistemas y la salud del cuerpo, nació hace 16 años este proyecto que desarrolla la apicultura y sus productos terapéuticos como medio para hacer sustentable el bosque y su conservación. Hoy ofrecen alimentos funcionales, cosmética natural, aromaterapia y alternativas veganas. Interesante.

Por: María José Winter Donoso / @mjosew

Comencemos por el origen de este negocio. Todo partió en un bosque nativo en los cerros del valle de Curacaví en 2004, donde coincidieron los estudios de biología de Luz Sotomayor y Leandro Díaz con el emprendimiento de apicultura de Alejandro Sotomayor. 

La idea era formar una pyme familiar en torno al propóleo y otros, con la convicción de vivir de manera sustentable. Partieron haciendo alimentos saludables en base a las colmenas. Luego fueron ampliando su desarrollo hacia una línea de cuidado personal e higiene que fueran naturales y efectivos, resultando en lo que hoy es una variada cosmética, con opciones para la protección del cabello y la piel. 

El champú y bálsamo Ortiga Romero pasaron a ser los más populares de su oferta, con un aroma delicioso y una textura notable. A esto suman el hecho de que se preocupan del consumo responsable y la reducción de residuos, desarrollando una línea de cuidado capilar en formato de recarga de un litro. Lo mismo hicieron con la stevia líquida, 100% natural (disponible en formato de recarga de 500 ml).

¿Otras maravillas naturales? Un increíble serum botánico para el cuidado de la piel, apto para veganos, con una fórmula en base a aloe vera y rica en fito-activos que actúan como un lifting natural, tensando la piel del contorno de labios y ojos. ¡Y claro! No podemos dejar de nombrar dos clásicos: el aloe vera puro, hecho directamente con el mucílago de plantas de aloe de cultivo orgánico y los infaltables propóleos en spray, ideales para aliviar malestares en la garganta, 100% libres de alcohol. 

Además, en el último tiempo han incursionado en la aromaterapia, con una propuesta de aceites para masajes, aguas de colonias, entre otros. “Nuestra esencia ha sido siempre el desarrollo de objetos que tengan relación con un estilo de vida respetuoso de los ambientes naturales; y junto con ello promover el cuidado integral y la recuperación de la salud de las personas y de los ecosistemas. En esta búsqueda fueron descubriendo nuevas plantas y saberes, lo que permitió desarrollar nuevos productos”, explica Soledad Muños, parte del equipo, junto a Leandro, Fernando, Luz y Alejandro.

¿Y dónde encontrarlos? En Santiago, en tiendas como Dellanatura, Planta Maestra y otros emporios pequeños. También en su web, donde se puede pedir el envío a cualquier parte de Chile por un despacho mínimo de $3.500, dependiendo de la región. Además, en su casa matriz de Curacaví, donde tienen también sala de ventas, que esperan reactivar luego de superar la cuarentena.

Instagram: @apicola_del_alba

Web:www.apicoladelalba.cl


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