Dos nuevos locales en Ñuñoa. La misma calidad de siempre. El positivismo, esfuerzo y profesionalismo de este emprendedor de tomo y lomo, ha conseguido que su D´Mechadas ande como avión. Un vuelo de preparaciones llenas de sabor, que quisimos actualizar desde su aparición en el libro Hacedor de Hambre, a través de la mismísima voz de su ‘piloto’. Aquí lo que nos dijo.
Por: Pato Guzmán M. / @cumbiayfuera_
Te destruyen. Literalmente. Y vienen todos esos flashes a tu cabeza cuando crees que no puedes recuperarte. Bueno. Es parte de la historia de Oscarito (41), que nunca ha bajado los brazos desde todo lo que le ocurrió en el 27/F y hoy, con una pandemia encima, se reinventa, cree y confía en su trabajo. ¿Lo mejor? Sabe que su mechada está dentro de las mejores del universo. Esas ingeniosas y trabajadas preparaciones hechas con productos frescos y de primera calidad. Pero en la tierra Óscar se arriesga y lo motiva el doble. Confía en sus años de oficio y en el resultado final. Así, con la buena onda de siempre nos invitó a probar parte de su nueva y exquisita carta, tiempo suficiente para tener una agradable conversación dentro de su nueva sede en Ñuñoa. Empieza a desmechar.
Momentos difíciles. Ya lo pasaste en el 27/F. Te reconstruiste, ¿cómo afrontas nuevamente una “catástrofe”?
Lo del 27/F fue bastante duro, pero con la unión de la familia salimos adelante y nos reinventamos. Por otro lado, fui capaz de visualizar un nuevo emprendimiento, aproveché mis conocimientos gastronómicos y los pusimos en marcha. Con el pasar de los años vamos aprendiendo y eso nos lleva a tomar mejores decisiones.
…esas mejores decisiones lograron sacar dos nuevas D’M. ¿Viste una oportunidad?
Levantar un local de comida no es fácil. Mucha gente dice que “la comida siempre se vende”. A mí parecer no es tan así y justamente ese es el punto de quiebre. Para tener éxito debes tener buenos productos, debes invertir un poco más, debes amar lo que haces, debes ser perseverante, pero si lo haces solo por dinero siento que estas en el camino equivocado.
¿Y en tu caso?
Apuesto siempre por el crecimiento de D´mechadas. Ahora son varios locales (Ñuñoa, Conchalí y Maipú). Siento que para mí la pandemia fue una oportunidad para interiorizarme más con las apps y de esta manera llegar a más hogares. Es ahí cuando se ve la propuesta de expansión, desarrollo y reinvención.
Igual son dos espacios nuevos, en pleno Covid… paradójico ¿no? ¿Cómo has llevado ese proceso, en términos de evaluación y visión de lo que se pueda venir?
Con mi socio (Durval Reyes) apostamos por dos locales en Ñuñoa sabiendo el riesgo que conlleva esto. No es fácil el proceso. Sabemos que estamos a merced de una pandemia, pero de igual manera nos arriesgamos asumiendo los costos que puede llegar a suceder. ¡Querer es poder!
La pandemia, en lo personal, ¿cómo ha afectado tu ánimo?
Se presentó con mucha incertidumbre y aún estamos así. No es para nada fácil afrontar un estallido social y luego una pandemia. Me da pena ver como muchos han caído. No es fácil mantenerse firme. Solo queda mantener la fe y motivación para seguir adelante.
NUEVAS DELICIAS
¿Sánguchitos nuevos?
En todo este tiempo le dimos una vuelta a los sándwiches y los regionalizamos. De esta manera ordenamos nuestra carta. Tenemos unos derivados de platos tradicionales y los llevamos a una marraqueta y media. Ahí está el Mechada Charquicán (carne desmechada, puré de zapallo camote, verduras salteadas, papas hilo crocante, acompañado de nuestro tradicional jarrito de caldo). O la de pastel de choclo (carne desmechada, pastelera de choclo, cebolla acaramelada, láminas de huevo duro y aceitunas negras), entre otras que pueden encontrar en nuestra nueva carta.
De acuerdo a lo anterior, ¿cómo generas un nuevo sánguche y cuál es el parámetro de trabajo de Óscar?
Con alma de cocinero, las ideas van y vienen. Al ver un libro de cocina mi mente comienza a mezclar sabores, texturas, aromas. Tengo demasiadas ideas en la cabeza, es ahí cuando me voy a los sabores populares, a esos que nos llevan a algún recuerdo de niñez o a la comida de casa.
… ¿ejemplo?
La Mechada Revoltosa, esa que lleva cebolla con huevo revuelto, tal cual se hacía en casa para la once. Otro ejemplo es la Mechada Wattchaca, con cebolla en escabeche, la misma que comemos con porotos con rienda. Y así voy pasando de un momento a otro, nada es al azar. Trato de evocar los sabores que alguna vez tocaron nuestra alma y hogar.
…pero, ¿cómo mantienes la calidad? Me explico. Suele pasar que cuando los locales abren un par más, pierden particularidad… no es lo mismo…
Es una buena pregunta. En mi caso me preocupo de que cada local lleve mi asesoría gastronómica. No se puede descuidar ningún día, ningún sándwich. También me preocupo de mantener la misma calidad en sabor y productos.
Siempre ha sido la exhaustividad lo tuyo
Cada vez que llego a una sucursal me preocupo de probar todos los productos y rectificar en conjunto con el equipo los sabores y texturas, y si tenemos que hacer alguna mejora, lo hablamos entre todos para entregar una buena experiencia al cliente.
Extrapólate y cuéntame, ¿cómo ves el rubro gastronómico en Chile?
La gastronomía chilena está avanzando enormemente. Por lo que veo y leo hay una generación de cocineros que quieren hacer las cosas bien. Están rescatando los productos locales, están trabajando con agricultores y pescadores de las zonas. Se está viendo mucho que las cocinas están preocupadas de mostrar un trabajo autentico y honesto, sin tanto producto industrial, sino que productos orgánicos en el que se pueda respetar a la naturaleza. Esto va desde hacer algo sencillo hasta los platos más elaborados.
Por último, ¿qué es lo que te motiva hoy?
Mi motivación es que amo lo que hago, amo cocinar… simplemente amo entregar amor comestible. Por otra parte leo, estudio, me instruyo, siento que es muy necesario ir actualizando los conocimientos continuamente y cuando hago esto, más me motivo al punto de querer tener un restaurant con identidad chilena.
Para información de direcciones y horarios ver más en su IG.
Instagram: @dmechadassandwicheria