La gran influencia de la cocina alemana, árabe y la propia Huilliche, han llevado a que Osorno sea cuna de la buena pastelería, panes, masas, carnes y otros; rica costa y productos agrícolas. Pero tiene, además, deliciosos lugares que recomendar. Este es uno de ellos.
— Por: Kiltro Suelto
La estacionalidad aún se marca en esta bella cuna del sur, teniendo en Café Nómade una buena representación de Kuchen de nueces, merengue frambuesa, strudel; carnes como cordero y aves de corral, huevos frescos de campo y una gran arremetida de la cocina Chauracahuin con changles, luches, cochayuyos, papas topinambur, michuñes, entre otras.
Llevan a tener platos de pernil con repollo morado y puré de manzana, unas sopaipillas pasadas en chancaca, platos de Pulmay y su buen tazón de caldo para estos fríos. Si lo miras objetivamente, sin duda un espacio para alimentar el alma.
Además alimentamos la memoria, con sus platos de pantrucas, cazuelas y otros que estas heladas jornadas empañan sus bellos ventanales frente a la avenida. Calor y sabor de casa, atendido por su propio dueño, Pato Azocar.
Una buena alternativa para quitar las penas, estando a solo unas cuadras del cementerio católico local, lugar decorado con madera y artefactos propios de las actividades de la zona. Cocina de casa, ubicada en esta mixtura de tierra.